La situación para los autónomos en cuanto a pensiones públicas es la siguiente: por un lado, cuentan con la posibilidad aumentar la base de cotización . Recordando que la base de cotización para los autónomos puede ser elegida libremente hasta los 47 años, pero eso sí, dentro de unos límites. Dichos límites están entre los 919, 80 y los 3.751, 20 euros en 2018.
En un principio, aumentar la base de cotización a la Seguridad Social permitirá acceder a los autónomos a una pensión pública mayor. A su vez, también se cotiza para cobrar la baja (en caso de enfermedad o accidente), así como una prestación por el cese de la actividad. No obstante, cabe destacar algunos aspectos importantes en este punto:
Las diferentes prestaciones, así como su cuantía, están sujetas a determinados requisitos que pueden variar con el tiempo, o cuya situación es muy difícil de prever en el momento presente. Esto provoca que sea bastante complicado saber la cuantía exacta de las prestaciones que se percibirán en un futuro. No obstante, el trabajador por cuenta propia cuenta también con la posibilidad de aportar a un plan de pensiones privado. E incluso puede optar por combinar ambas opciones.
Las ventajas del plan de pensiones para autónomos
La principal ventaja que le ofrece un plan de pensiones es la flexibilidad. En primer lugar, esta opción no obliga a los autónomos a aportar: si no pueden, no ocurre nada. En segundo lugar, el trabajador por cuenta propia siempre puede traspasar su plan de pensiones, lo que trasfiere todo el control al autónomo: será él quien elija en qué plan le conviene invertir sus ahorros. Por último, existe la posibilidad de retirar el dinero antes de alcanzar la jubilación bajo determinadas circunstancias (una enfermedad grave, riesgo de desahucio, desempleo de larga duración, etc.). En muchos planes de pensiones se permite incluso retirar el dinero una vez trascurridos los diez primeros años.
Tenga en cuenta que siempre puede usted aportar fondos a un plan de pensiones para autónomos sin tener que renunciar al derecho a pensión pública, escogiendo la base más conveniente e invirtiendo a su vez los ahorros en dicho plan, sin renunciar por ello a otro tipo de inversiones.