¿Qué diferencia la factura electrónica?
La factura electrónica es aquella que se emite y recibe de manera digital . Guarda similitudes con la tradicional porque, solo las diferencia su forma de expedición. De hecho, la factura electrónica es una evolución de la de papel y nace como resultado de la transformación digital.
Está condicionada, al igual que la de papel, al consentimiento del receptor. Este consentimiento, junto al del emisor, debe ser recogido en el documento, que debe tener, además, todos los campos obligatorios que se exigen para toda factura.
Su expedición está regulada en el Real Decreto 1619/2012, que regula también las obligaciones de facturación.
¿Quién está obligado a emitir factura electrónica?
Desde 2015, siempre que se realizan operaciones mercantiles con cualquier organismo de la Administración, ya sea central, autonómica o local, o con empresas públicas, es obligatorio emitir factura electrónica.
Puede que las facturas con importe inferior a 5000 euros y en las que se retrase el plazo por la propia Administración queden exentas de emplear esta modalidad, pero, en todo caso, la Administración pone a disposición del empresario un punto general de entrada de estas facturas.
Están sujetas a esta obligación, también, las empresas privadas medianas y grandes y las operaciones que se realicen con entidades que hayan solicitado el uso de facturas electrónicas expresamente.
¿Se puede facturar electrónicamente y en papel a un mismo cliente?
La factura electrónica, aparte de los casos obligatorios, solo es posible emitirla si el cliente da su consentimiento. Que se pueda emplear esta modalidad no impide que se haga factura tradicional en un mismo período al mismo cliente al que se le hizo electrónicamente, aunque, una vez integrado el método, es más eficaz para ambas partes utilizarlo.
¿Qué ventajas ofrece la factura electrónica?
La Administración Pública pretende, con la instauración de este medio, reducir la morosidad y los costes.
Como desde 2013 ya no es necesaria la firma electrónica avanzada, aunque se recomienda, el proceso se hace mucho más sencillo, a la vez que se reduce el tiempo destinado a la misma, garantizando así una contabilidad eficiente y mecanizada.